Al comenzar una nueva década, vuelven a plantearse la validez de los postulados sobre los cuales se asientan un conjunto de disciplinas científicas; hecho apoyado en el conocimiento teórico y empírico acumulado en las décadas precedentes. La geografía ha sufrido los rigores de una adaptación a un escenario progresivamente complejo, en el que, su objeto de estudio, la relación entre el Hombre y su Medio Ambiente, se relativiza, surgiendo así la creciente necesidad de sistematizar el contenido dialéctico e interrelacionar aportes provenientes de disciplinas complementarias de modo de obtener una visión integral e integrada de esta interrelación genérica.